Pintura Ignífuga

Características de la pintura ignífuga

El sector de la construcción ha evolucionado mucho en los últimos años y se requieren cada vez más requisitos al construir un edificio. Además de tener en cuenta la sostenibilidad y el aislamiento de los edificios, también se ha centrado la atención en la seguridad. En este sentido, uno de los aspectos más importantes es la prevención de incendios. Es aconsejable instalar soluciones preventivas como alarmas contra incendios o extintores, pero los edificios también deben tener otras medidas de protección pasiva. Y una de estas medidas es la pintura ignífuga.

¿Qué es la pintura ignífuga?

La pintura ignífuga ayuda a que el fuego no se propague en caso de incendio en un edificio. Por lo tanto, es una de las medidas más eficientes para evitar que el fuego se propague rápidamente, ya que contribuye a que la llama y el humo no se propaguen. Es esencial, especialmente cuando se trata de edificios residenciales, ya que contener el fuego permite que las personas dentro del edificio tengan más tiempo para abandonarlo. Es importante diferenciar la pintura ignífuga de la pintura intumescente. El primero evita la propagación de la llama, mientras que el segundo reacciona cuando hay un aumento de temperatura en el edificio al hincharse y crear una capa gruesa de espuma que aísla los elementos que lo cubren, que contiene el fuego y evita que se dañe. La estructura del edificio.

Las características principales de la pintura ignífuga son las siguientes:

• Reduce la inflamabilidad y la combustión de los materiales de construcción que recubre.

• No evita que se produzcan incendios, pero retrasa la expansión de los incendios.

• Existen diferentes tipos y, dependiendo de cada tipo, se puede aplicar sobre metal, madera, superficies lacadas, etc.

• Es adecuado para superficies interiores y exteriores.

• Se puede aplicar con pistola, brocha o rodillo.

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